#21: Los adultos lo están haciendo todo mal
Lo admito, el café es imprescindible, pero gran parte de esa rutina matutina extra puede tirarse por la ventana. Abraza al niño que llevas dentro ¡y prepárate para la acción! No hay necesidad de tener una meditación fallida cada mañana. Reemplázalo por unas fantásticas canciones en el auto de camino al trabajo para animarte un poco más.
“Preparándose para afrontar el día: de niño y de adulto. Intentar salir de la cama. Desayunar. Lavarme los dientes. Vestirme. ¡Listo para salir! Hacer la cama. Adicción al café. Mirarme al espejo y preguntarme cuando pasaron tantos años. Meditación fallida. Estirarme y descubrir nuevos dolores articulares. Crisis existencial sobre qué estoy haciendo con mi vida”. Me gusta cómo esto fue escrito para las personas que no tienen hijos porque, seamos honestos, ambos lados están en mi lista de cosas por hacer para estar lista y salir por la puerta desde que tengo una niña de cuatro años. ¿Crees que se viste sola? Obviamente, no. Incluso tengo que encontrar sus calcetines cada mañana, lo que significa que no tengo tiempo para una meditación fallida o para encontrar nuevos dolores en mis articulaciones.