#30: Ya estoy sudando
Los trabajos nuevos rara vez responden a las expectativas que uno tiene cuando entra por la puerta. Claro, la descripción es prácticamente la misma, ¡pero la cantidad de cosas que hay que aprender en un solo día parece casi imposible! A las 11 de la mañana sientes que has envejecido diez años y el almuerzo no llega lo suficientemente rápido.
“Primer día de trabajo. Número de cosas que debo aprender. Número de cosas que realmente aprendo. Novedades. Consumo de café. Descansos para ir al baño. Interés en volver al día siguiente”. Es tanto que no puedes retener casi nada. Debes emplear el mantra “finge hasta que lo consigas” durante al menos la primera semana y esconderte por las esquinas observando lo que hacen los demás para poder averiguar exactamente cuánto se espera que hagas al día. ¡En algunos sectores es incluso peor!