“¿Acaso levantas peso, hermano?” le preguntó desde atrás de la tarjeta de membresía del gimnasio
Si tienes una pila entera de tarjetas en tu billetera, quizás deberías evaluar cuales son necesarias. Revísalas una por una para ver cuales puedes desechar y cuales debes conservar. Realmente te ahorrará muchos problemas en el futuro.
Pero, mientras lo hacía, esta persona accidentalmente creó una escena algo perturbadora. Su tarjeta de membresía del gimnasio tenía un hueco pequeño, lo suficientemente pequeño para que se vieran sus ojos en la foto de su licencia de conducir. Al menos no es una persona real mirándote desde la ventana, aunque debemos admitir que es un poco perturbador.