Veo, veo
A primera vista, pensamos que estábamos viendo unos peones de ajedrez gigantes. Parece que en realidad son floreros sin flores. Se necesita un buen ojo para convertir esas masas de cerámica en los floreros hermosos que son hoy en día. El hecho de que algún que otro florero sea idéntico en forma y tamaño hace este trabajo de cerámica artesanal aún más impresionante.
Pero si miras los espacios entre los floreros, quizás notes algo bastante peculiar. Son las siluetas de una mujer. Necesitas estar parado en el lugar correcto para ver las siluetas y sus características super precisas. ¡Bravo, genio de la cerámica!