#10: Ese pobre perrito
Voy a arriesgarme y adivinar que entre los sonidos de la casa a menudo había un cachorro roncando. A veces no somos conscientes de lo que nos pasa, pero incluso un ligero cambio en los ruidos de medianoche puede poner nuestro cerebro en modo investigación.
Ese perrito no habría sobrevivido la noche si su dueño no se hubiera despertado y lo hubiera rescatado. Si hace demasiado frío para ti, ¡también lo hará para tu perro! Por suerte, parece que ella lo sabe y que los compañeros de piso fueron los irresponsables. Me alegro de que se haya mudado, porque esa es una señal de alarma cuando se trata de compañeros de piso.