#12: Bien por ti
Todo ese trabajo duro por un jugo y unas pastillas que ni siquiera puedes tomar. Con suerte, eso le enseñó una lección sobre robar el bolso de una mujer. Amigos, somos bastante intuitivas para algunas cosas, y verán que muchas de nosotras no metemos el teléfono móvil o la billetera en el bolso precisamente por esta razón.
Menos mal que tuvo esa corazonada a tiempo, pero uno pensaría que la habría estado mirando por más de veinte segundos antes de intentar robarle sus cosas. ¿No la vio moviendo las cosas de lugar? Quizás creyó que volvió a guardarlas. En cualquier caso, ¡me alegro de que actuara por instinto y no perdiera sus cosas! Debió haberse sentido muy bien.